Deja que murmure

Perséfone, de Alejandra Alarcón
Imagen: Perséfone, de Alejandra Alarcón

¿escribir un verso al día?
a la poesía no le importa la disciplina
una revelación necesita tiempo para gestarse
¿cuánto?
el de una fruta  una nube  una glaciación  un latido

un día sientes el germen pegado por dentro de la espina dorsal
es chiquito como semilla traslúcida
puro plasma sensible
no te pide más que la dejes ser cuenco   o esfera de resonancia
su inteligencia es la de los umbrales donde se deslinda la materia
en su curvatura  las partículas se imantan a voluntad y forman su propio tejido fonético

una anda como si nada –me da un kilo de mango    ahora sí ya tardó el camión   nos vemos mañana para el café–
pero por dentro está como si todo
porque la espora ha roto su silencio minúsculo y ya comienza a penetrar el mundo con su murmullo infrasónico y sus puentes trifásicos
recogiendo señales igual que las plantas a la lluvia
lo sabes porque desprende una sustancia que te afina el sentir
y solamente quieres ver y tocar y oler y moverte en situaciones precisas que pueden durar semanas segundos o años

a su tiempo  reunidos los signos  irrumpe como granada a punto de reventar el rojo
pero avisa    siempre avisa
lo sabes porque ese día los objetos se ponen en huelga  se caen los sistemas y el único gesto posible es sentarte a transcribir lo que se revela
la transfiguración de la fruta
la regresión de las nubes
el filo de las glaciaciones futuras
la pausa entre dos latidos
necesariamente así
a su tiempo

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