DIA/NOCHE


El día.
Pronto acabará el día de tu partida. Habrás terminado de irte cuando los objetos pierdan su contorno. Todavía quedan algunos minutos. Tu olor aún revolotea entre mis manos pero va desvaneciéndose, irremediablemente. Allá va tras de ti, se me ha escapado con el último rayo de luz.
Me has dejado sola otra vez. La casa va llenándose de tu ausencia muda y dolorosa. La cama, todavía revuelta y tibia, es un mar insondable de tristeza. Tengo miedo de ahogarme esta noche.

La noche
Camino por la casa como un fantasma. Algo resuena. Son sólo mis pasos, mis pies sobre la loza fría acompañando al silencio. Tus zapatos me miran desde el rincón. No debiste olvidarlos, son tan lindos. ¿Sabes? Les haces falta. Ya no querrán asomarse a la calle. Y tu saco en el ropero, no ha dejado de preguntar por qué te marchaste, si no hizo nada malo más que cubrir tu cuerpo del frío del mundo. No deja de llorar y amenaza con inundar la habitación.
Dime qué debo hacer. La noche avanza lenta, amor mío. Mi pecho salta y aunque volara, no regresarás mañana, ni al día siguiente.

¿Cómo explicarle a mi cuerpo las noches que faltan? ¿Y si ya no vuelves?
Entonces tomaré tus zapatos, tu saco y mi cuerpo. Iremos a buscarte para devolverte lo que es tuyo. Los ataremos a tu cuerpo para que no los olvides el día que quieras marcharte otra vez.

DR ©Luza Alvarado

Comentarios