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Mostrando las entradas de enero, 2008

YA ESTÁN VENDIDOS!!!

La última Alicia, Gabriel, y el resto de los interesados: siento mucho decirles que ya se vendieron los boletos =(. Espero que puedan conseguir otros. Gud loc.

2 BOLETOS: PETER BJORN & JOHN

Vendo DOS BOLETOS para ir al concierto de Peter Bjorn and John, los de la rolita indie-rockera que empieza con un chiflido. (Según yo, es una reinterpretación de la tonada prinicipal de esa horrible y divertida canción setentera cuyo coro decía "everybody was Kung-fu fighting" y luego seguía la emulación chaquetera de una tonadita oriental, ja!, qué gringada). Bueno, pues estos compadres de Peter Bjorn & John tocan bien chido. Y yo que me preparé toda la semana aprendiéndome algunas rolas... pues no voy a poder ir. Así que ya saben, son dos y cuestan 300 pesos cada uno. De regalo, les damos el costo de emisión de boleto y el de servicio y todos esos cobros gracias a los cuales Ticketmaster monopoliza sin pudor la venta de boletos. Pásele, pásele, anímese, sin compromiso, te damos precio.

Aldea

Me llena de placer que la aldea se vaya llenando de mujeres. Todas acudimos a este espacio conquistado por nadie y encontramos oidos con pendientes y zapatos que van tomando formas redondas y cálidas. Una casa junto a la otra, huertos comunes, jardines abiertos, libre circulación, palabras pócimas, imágenes flores, herencias de abuelas, corazones hilvanados listos para reventar de nuevo. La jardinera de esta choza se ha decorado con tres flores nuevas este año: Lucy, Anapola, Gabis, y otros tantos descubrimientos, femeninos todos. Siento un orgullo nuevo y también la pertenencia a algo, un cierto arraigo en esta práctica. Mi día no está completo si no escucho sus voces. Y me gusta pensar que a pesar de las bombas, las hambrunas, los multifamiliares y otras aberraciones, hay costumbres que perviven. Esto de hablar entre mujeres no se puede planear, no se puede impedir. Nuestros hábitos interiores, nuestros contratos, son invisibles, atemporales. Quiero pensar que nuestras abuelas histór

MIEDO

Empecé el año muy asustada, tal vez para que el resto de los terrores del año parezcan sólo un simulacro. Fui asaltada por un tipo de chamarra color azul. En un semáforo largo como el tráfico de las 6 de la tarde, cerca del Toreo, rompió el cristal de mi auto conmigo adentro. Pensé que había sido una explosión o un choque grave, que el estallido de metal contra vidrio no iba dirigido a mi, que era un efecto secundario de otro accidente cercano. Pero no, el hombre rompió el cristal y metió medio cuerpo para arrancarme la bolsa que yacía tranquila en el tapete. Esa voz-destino me había dicho, 5 segundos antes del cristalazo, saca tu celular y llama a Ernesto. Así lo hice. Cuando estaba acomodando mi teléfono en el huequito de la puerta, que parece estar hecho para acunar celulares, Brkardsh!!! metalvidrios, explosión, sonido de algo que entra, un brazo azul, un torso azul, mi bolsa saliendo por el boquete, el hombre corriendo hasta perderse. Grité, grité y volví a gritar, aullé de terror