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Me gustaría repararnos

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1 Me he pasado más de diez años en terapia para sanar las heridas provocadas por varias de mis anteriores parejas, hombres que ejercieron violencia y amenazas en mi contra cuando había problemas en la relación o cuando yo, finalmente, decidía irme de ella. Mientras sanaba, fui entendiendo que las acciones de esos hombres son el resultado de un sistema que nos violenta a todos por igual, y que precisamente por eso necesitamos trabajar juntos para desactivarlo. A pesar de todos esos años de terapia, sigo sintiendo una suerte de vergüenza por haberme relacionado con ese tipo de hombres, porque "una chica preparada tendría que saber identificar a sus depredadores". Pero no, nadie te prepara para eso. Al contrario, te preparan para ser carnada. Todo está planeado para que, después de ser violentada, te sientas avergonzada y culpable y desesperanzada. Para que desistas de buscar alguna forma de justicia o reparación. El primer mandamiento no escrito para las mujeres es:

Poeta "joven" con escafandra: no more

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Y o me creía poeta joven , pero ya me escuché leyendo y mi sonsonete es un gran somnífero. Lo adopté sin cuestionarlo, como un montón de cosas arcaicas que me quedan apretadas. Asumí que ese tono lastimero, y en sus buenos ratos contestatario, era el "adecuado". Pero no es más que un traje incómodo. No conozco su origen e ignoro si alguien haya esbozado alguna historia al respecto, pero aquí va mi versión. Había una vez un grupo de poetas a los que les daba pavor prestarle cuerpo al monstruo que habían logrado domesticar en el papel. Cada vez que leían, le volvían a pasar por encima la aplanadora de su voz. Cada lectura servía para eliminar cualquier rastro de vida, hasta que no quedaban más que letras disecadas, grafías listas para colgarse en el suplemento cultural, mariposas prendidas con alfileres para evaluar en la academia, metáforas quietas, imágenes inocuas, poemas leídos en el tono adecuado para no incomodar .    El estilo vocal fue perfeccionándose, vivió sus

algo que fuera de los dos

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1 Como no respondiste   lo metí en el mismo cajón donde esperan las llaves sin puerta los botones caídos y las monedas de países desaparecidos  Un día no pudiste más –que perdiste el control que tú también–    Hurgué en el cajón –tu impaciencia era un cuervo parado en el cable  listo para darse un festín al menor descuido– pero me volví con los ojos baldíos y el pecho nocturno  Nadie vino a llevárselo    solo se fue 2 un cuerpo no puede desandar su pulso no puedo sentir en reversa 3 Era como si alguien hubiera apretado el botón de pausa el día que ella se fue  Anduve sigilosa por tu casa –tu mirada decía NO tocar –  hasta que te enfermaste   Buscando un remedio abrí un cajón   Salieron revoloteando sus notas de amor con fecha de hace diez años   Dentro del clóset su perfume se condensaba bajo el plástico que envolvía los vestidos  Las etiquetas de la despensa ululaban su caligrafía afrancesada   Sus ojos palpitaban en las fotos que sostenían las paredes llenas de grietas m

Oración de una mantis religiosa

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Hace poco tuve la fortuna de presentar mi libro en la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Hidalgo. La poeta América Femat leyó este texto (después publicado en La Jiribilla , de Xalapa), que me dejó muy conmovida por su capacidad de transcribir muchas de las sensaciones que yo tuve al escribir el libro. Gracias, América, por tu lectura transparente y generosa. Es un regalo para mí. Oración de una mantis religiosa Luza Alvarado nos regala un estremecedor poemario titulado La realidad, y es así que la realidad transfigura las máscaras Por América Femat Un poemario dividido en tres secciones: 1) Variaciones sobre el cuerpo de Jesús 2) Los Sindientes 3) La Suria Desde los primeros poemas en La realidad, podemos apreciar una obra que se sostiene de varias temáticas centrales y que pone a girar la rueda de la fortuna humana. Digamos que son temas perturbadores, laberínticos y que oscilan entre la bandera del miedo,

De los Prados del inframundo a La Realidad de Luza Alvarado

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Matza Maranto, amiga y poeta chiapaneca, me acompañó el día de la presentación de mi libro La Realidad . Les comparto el generoso texto que leyó, junto con un abrazo grande, muy sentido y lleno de gratitud para Matza. De los Prados del inframundo a La Realidad de Luza Alvarado Por Matza Maranto Un hongo me llamó; era redondo, blanco y rosa vivo, tenía perlas, amatistas y como unos dientes abrillantados por el lomo. Una noche me lo sustrajeron.   Quedé con el sexo abierto y lo aguardaba. Fue cuando advertí al hibisco. Y me conformé y me enamoré. Con el hongo sólo hubiera pecado; con este me enamoré. Marosa Di Giorgio Hace un par meses, viajé a un encuentro de poesía al sur de Veracruz. Los más de treinta grados hacían poco soportables las largas mesas de lectura que tenían duración hasta de hora y media cada una. Fue ahí que, después de un lapso de duermevela, el siguiente verso me trajo de vuelta: Por eso vuelvo a ti, Jesús, porque tu yugo es bueno

Deja que murmure

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Imagen: Perséfone, de  Alejandra Alarcón ¿escribir un verso al día? a la poesía no le importa la disciplina una revelación necesita tiempo para gestarse ¿cuánto? el de una fruta  una nube  una glaciación  un latido un día sientes el germen pegado por dentro de la espina dorsal es chiquito como semilla traslúcida puro plasma sensible no te pide más que la dejes ser cuenco   o esfera de resonancia su inteligencia es la de los umbrales donde se deslinda la materia en su curvatura  las partículas se imantan a voluntad y forman su propio tejido fonético una anda como si nada –me da un kilo de mango    ahora sí ya tardó el camión   nos vemos mañana para el café– pero por dentro está como si todo porque la espora ha roto su silencio minúsculo y ya comienza a penetrar el mundo con su murmullo infrasónico y sus puentes trifásicos recogiendo señales igual que las plantas a la lluvia lo sabes porque desprende una sustancia que te afina el sentir y solamente quieres ver

El bosque por dentro

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A Rodrigo Figueroa, por ayudarme a salir del desierto.  Hace un año regresé a la Ciudad de México después de trabajar catorce meses en la Riviera Maya. La explotación y la ausencia de tejido social y cultural que se vive en esa región es pavorosa. Al menos para mí, la experiencia de ese mar y esa selva no fueron un paraíso, sino un desierto. El desierto verde. Por eso, al volver a mi ciudad me di una transfusión urgente de abrazos, amig@s, familia, arte, música, libros, vida peatonal, mercados, museos, parques... Todo lo que fuera necesario para revivir a mi plantita interior. En esos días se estaba celebrando Diverso, un encuentro internacional de poesía, en varios recintos de la ciudad, así que me programé para asistir a la mayor cantidad de lecturas en esos tres días. Cada poema era un masaje cardiopulmonar. Y ahí sentí que volví a respirar. Entonces le prometí a mi alma de pájaro una cosa: el año que viene vamos a estar ahí. Fue una promesa tan genuina y tan íntima que el

Desborde

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Las primeras gotas son la confirmación: el oficio de la palabra está fracturado.  Mitigo la incertidumbre buscando un deseo intacto que pueda sobrevivir al papel. Y repaso los restos:  estos huesos están resecos de tanto pensarlo, esta turgencia conservada por el instinto, estas grietas son nuevas, los adentros están corroídos por la duda. ¿Quién era yo antes del derrumbe? ¿Y ahora? Ahora llueve y no va a parar. La filtración deviene podredumbre amniótica: aquí se está gestando otro lenguaje. Paso del moho a la ciénaga en un presentimiento, veo al silencio subiendo por las raíces de la frase hasta reventarla. Imposible contener al agua en la esclusa de las letras. ¿Reparar o abandonar? Da igual cuando tú eres el desborde.

Nuestra foto

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Pensé que era  nuestra foto    yo te abrazo   pero tu gesto dice que no estás ahí Espera ya te veo    como barrido detrás de la bruma retenido por tus demonios Así que hiciste un pacto ellos te protegen para no matarte                   si no amas   no sufres   dicen ellos son los operarios de la crueldad y tú eres inocente como tu padre cuando te hizo sentir el filo de su lengua Así pasa    el depredador te seduce con la razón amable hasta que confundes la navaja con el roce del damasco  y te entregas luego descubres que amar es abrirse a la noche del otro que su negrura puede torcerte la médula sin tocarte siquiera que su gesto es idéntico a la voz de tu verdugo congénito luego entiendes que amar es abrirse también a la propia oscuridad Ya nos veo tú  yo  tus demonios  mi verdugo ahí estamos todos en la foto

Fevereiro / Febrero

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Acá les comparto el texto del videopoema Fevereiro , de Matilde Campilho (maravillosa, caleidoscópica, su voz está en el video y es como una canción para hipnotizar ballenas). La traducción es mía y la revisión es de Milena Paixao, amiga y poeta brasileña. FEBRERO Solo escucha, esto es muy serio. Anda, escucha, que esto es serio. El mundo anda tremendamente extraño. Hace diez años, Leo me dijo que existe una grieta en todo, y que es así como entra la luz. No sé si entendí. ¿Tú percibes esa especie de mezcla entre falla e iluminación? Además, dime, ¿percibes algo de carpintería? ¿Sabes por qué metieron un buey en ese establo en vez de… un pequeño rinoceronte? Tiene que haber sido alguna cosa relacionada con la geografía. O con los felizmente irresolubles misterios que solo pueden venir del misticismo asiático. Un buey es un animal tan… inexplicable. Qué bueno. El amor es un animal tan mutante, con tantas divisiones posibles. ¿Te acuerdas de esos termómetros que nos po