UNA Y YA

Quisiera esta noche dejarme ir en la corriente de una sola frase que me lleve a donde no haya vanidades ni órdenes al servicio de manos invisibles que nada saben de la poesía y que nada oyen de texturas aterciopeladas en el soplo de la trompeta y que nada intuyen de la dualidad que habita bajo las máscaras pues así quisiera hacer una pausa - sólo una para tomar un poco de aire que venga del mundo del afuera o de la sierra o de la llanura de Comala o del pico más alto de un volcán sumergido en el mar y sobre el mar sólo brisa y ritmo lento lento
l e n t o
quedarme ahí mirándolo todo en silencio porque es verdad que no pasa nada si uno mira bien y que la maquinaria intangible no dirige nuestros sueños porque se alimenta con pesadillas y es verdad que todo es una mera ilusión de este lado de la pantalla y si la miro de cerca son sólo puntos y tinta que no se puede tocar pero es tan sólilda como la única idea innegable que he escuchado en mucho tiempo y es que todos somos el universo una gota es el universo tu eres el universo una célula un átomo un iceberg una bazooka el dedo de Bush la sangre de los iraquíes el manto de los monjes las sandalias de los pescadores la ceniza del cigarro el viento del mar Egeo los ganchos de la ropa los árboles de la selva negra los cabellos en la coladera las hormigas caminando bajo la tierra el álbum de fotografías el mandil de la abuela
- y a fuerzas de tanto mirarlo no hay silencio que alcance a descomponer el ruidazal de las relaciones semánticas neuróticas retóricas amórficas eutróficas como el pantano de mi cerebro después de lidiar con cuerdas que no producen melodía en la víscera de lo poéticamente correcto que es lo único que me hace detenerme a respirar con la profunda convicción de que la vida no es una receta y el éxito no es un pastel de carne fulgurante horneado en la hoguera del ensayo y error sobre todo cuando uno prefiere una dieta desbalanceada en ideales vegetarianos color betabel Neruda y amarillo Cortázar y tecnicolor Pessoa y verde Lispector tan verde que dan ganas de morderle la sintaxis tan amarillo que uno quisiera empaparse las comisuras del entendimiento con sus hallazgos tan betabel que las lágrimas palidecen de vergüenza ante la púrpura certeza y tan tecnicolor que los demás poetas hablamos en lenguas daltónicas de la vida y qué es la vida sino una respiración larga que se termina en punto y aparte.

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