REGRESÓ A CASA

Es mejor decir eso que "Falleció la abuela". Qué horror me causa la palabra fallecer, es que suena gachísimo como la palabra gachísimo. El rey del lenguaje es el sustantivo: muerta. No, la prefiero así: la viva, la siempreviva. Prefiero divagar como quien juega scrabble contra sí mismo, pensar que regresó a Casa, allá, como dice Gaby, al cielo de las abuelitas. Ese lugar debe estar lleno de dulces para los nietos pequeños, jueguitos de té para las nietas de 9 años, consejos de belleza naturista para las grandulonas, albures para las tías solteras, platillos que ya nadie cocina porque ya nadie tiene el tiempo de hacerlo y los recetarios de la abuelita nunca se escribieron, vaya, no hacía falta, vestidos de guipiur para ir al University Club, guantes de piel y sombrero de raso para los velorios, "mañanita" para levantarse a preparar el desayuno, espraiii para peinarse los cabellos como nido de golondrinas, medias de costura trasera, abrigos de pieles -hoy políticamente incorrectos, pffff!-, bailes con swing y foxtrot, danzón dedicado a Doña Quetita y amigos que la acompañan, hombres guapos de pelo entrecano tipo George Clooney, porque las abuelitas tienen debilidad por ellos -si no me creen, pregúntenle a la suya-, acetatos, discos "elepés" con voces de terciopelo, harrrtos folletos de figurines Palacio de Hierro o Puerto de Liverpool, broches para sostener el foulard, camas con patas de bronce, cocteles que sólo se sirven en las películas retro, cigarros con boquilla, postales de Acapulco cuando era la bahía más hermosa del mundo... Se la está pasando bomba. Desde aquí, ya sin rumiar la tristeza de la despedida, le arrebato el micrófono al reportero callejero para decir: ¡quiero mandarle un saludo a mi abuelita que me está viendo!

Comentarios

Ceteris Paribus dijo…
Se te olvidó comentar que también en el cielo de las abuelitas están todas esas palabras que ya no usamos como petaca y jaletina. ¿Y qué me dices de los refranes? Seguramente tu abuelita y la mía se llevaron la serie completa y ahora están intercambiándolos o recordando otros tantos.

Besos tronados para ti, my darling!!
Anónimo dijo…
Seguro que de cuando en cuando cantan canciones de Pedro Infante y Agustín Lara.
La mía debe deleitar con su voz a muchas otras que con ello recuerdan cuando se enamoraron.
Unknown dijo…
Aún me acuerdo de la mía llenándome por segunda vez el plato con chilaquiles y diciéndome... Ándale que ahí va a quedar!!..
Las abuelitas... que dicha tuvimos de poder tenerlas.
Lo que nos queda es recordarlas con todo nuestro amor.
Un abrazo.
ASKARI MATEOS dijo…
Sin duda la persona más importante en mi vida ha sido mi abuela, por muchas razones que me tomaría mucho espacio contarte, y quién sabe, tal vez hasta acabe llorando. Pero quien hablo del cielo de las abuelitas tienen razón. Te mando un abrazo enorme. ¿Tienes correo o algo cómo contactarte?
Anónimo dijo…
Me encanta nuestra mitología del cielo de las abuelitas. Y súper cursi lo siguiente (cual debe ser), pero me encanta recordar tu alegría desparramada en el funeral de la mía, ese salvavidas de fortaleza roja y brillante como paleta de cereza que ya no es sólo tuya, también de los que te rondamos.

¡Jajaja, abuelita wavin´back al verte a través de su SKY-GRANMA CHANNEL!
Anónimo dijo…
Je suis désolé mon cherie! Je t'embrasse tres fort. Malouq
Desde aquí te envío un abrazo y te hago llegar (como adjunto) un fuerte aplauso por tu viva policromía de este cielo que hoy pintas y que tan alegremente compartes.

Gracias.
Y sí, así debe ser el cielo de las abuelas, con canastas de lanas e hilos de colores para tejer y bordar.
Gracias por tu visita a mi blog, abrazo