SOSPECHOSA ESTABILIDAD EN EL TRÁNSITO HACIA LOS 31


Hay una tortuga friolenta, se la pasa pegada al tubo de la calefacción. No ha comido desde hace una semana pero no actúa como anoréxica, nada todo el tiempo. Hay unos trapos colgados en el patio que decidieron experimentar la sensación de mojarse toda la noche y secarse con el sol de mañana. Tienen una teoría para evitar las arrugas y quieren patentarla para competir contra el botox. Hay muchos papeles sin clasificar, unos encima de otros, en una promiscuidad que tiene buena parte de pereza. El refrigerador es un caso: no hay manzanas ni jitomates, la berenjena y el pepino tienen un romance, los mangos, unos ancianos fríos y con lunares, los juzgan todo el tiempo. Se coló una mermelada, caprichosa como todas las de su especie, y quiere hacer amistad con la mostaza. En el fondo, ambas son propensas a la gripa pero no les importa. Ni hablar de la carne o el pescado, bah, intuyeron la crisis del conjunto habitacional y se mudaron hace dos semanas sin dejar rastro. Las únicas vecinas amigables son la leche y su amiga, la cerveza. En la habitación, sobre la silla, la ropa de la semana repite el ritual acumulativo de cada noche, quizás sean parientes de los papeles. También hay una mujer frente a la computadora. Fuma de vez en vez, tiene el cabello esponjado, caótico, y el ceño fruncido es señal de una pataleta interior: lleva un mes diciendo que NO a su cumpleaños y a otras fechas que ilusionan a la gente, como el día de enamorarse o el de parir e, incluso, el de escapar. Antes no quería dormir sola, ahora teme despertar con sus frescos 31 sin taza de café en la cama, endulzado con el feliz cumpleaños, amor, espero que tengas un lindo día, bonita... No, la verdad es que no le gusta el edulcorante, el azúcar sólo si es de verdad. Afuera, una enredadera silvestre rompió el pavimento, se arrastró hacia el tubo del gas y se le ha enredado sin pudor alguno. Está convencida de llegar hasta el techo con la mesura suficiente como para no estrangular al conducto de cobre. Hasta ahora todos conviven en una sospechosa estabilidad, pero saben que los amores entre los pepinos y la berenjenas tienden a la destrucción, y que la amistad entre la mermelada y la mostaza es mera conveniencia. La enredadera y los trapos, bah, a ellos nada puede afectarlos, sólo un eclipse. La mujer no entiende señales porque el humo del cigarro ya no la deja ver. A la ropa y a los papeles todo les da lo mismo, lo único que necesitan es una superficie horizontal para seguir haciendo sus cochinadas. Sólo la tortuga teme lo peor, ella sabe que mañana algo raro le va a ocurrir al sol.

Comentarios

Esto me encantó.
Aunque no sé por qué me sentí tan identificado, serán las sillas o cigarros, serán los idilios frutales que tan lindamente cuentas o la falta de cigarros que hoy me habita. Tal vez todo junto.

... y todo tan lejano.
¿Cuándo es tu cumpleaños? / ¿ya lo fue? / Felicidades. Te mando una tartita de nuez de macadamia, que no es lo mío, pero aquí veo una que le puede hacer juego a la leche y cervezas que se han puesto en huelga en tu refri.

Salucita Luza.
Aunque sea con agua.
no, no....
¿y si nos cae la mala suerte?

Abrazo.
Paz.

ps. ¡ah que pinche palabrita de verificación me fue a tocar!
ASKARI MATEOS dijo…
Muchas felicidades!!! Ya casi me alcanzas. Y muchas gracias por linkearme. Haré lo mismo.

Un abrazo grande grande.
Anónimo dijo…
Japi Berdei Tu Llu!!
Todavía recuerdo el revuelo que causó tu fiesta de XV.

Ya pasaron otros 15 y uno más, y me agrada saberme "en contacto" y leyéndote.

Felicidades