ORIGAMI SONORO




Lo sentí en cada una de mis latitudes
Igual que el laudero ante la madera porosa y resonante
se adueñó de mis venas con besos afilados
hundiendo sus ojos de ciego en la sonoridad de mi locura
Ante el poder de su cuerpo bailé transformada en ofrenda
fui humo serpenteando hasta el confín de la garganta
Vi sus manos de iniciado despertar al tiempo
doblarlo como si fuera un origami sonoro
tatuar sus latidos en la membrana de mis huesos
En la brutalidad de su ternura lo sentí
como la música que sucede y te abruma
dejando en el aire un algoritmo perfecto
una nota larga e inaprensible muy parecida a la muerte

Comentarios

esteban gabriel dijo…
Tal vez entonces acá no sea útil el silencio, o en moderadas fases. No comprendo aún tu interés por Podestá