COLIQUÍNTIDA


Coloquíntida mana de mi costado y arrasa con la rabia que teñía mi sangre. Estoy vaciándome de los días negros y sus coágulos de sal. Estoy pariendo las esferas donde guardé el alma de los difuntos. Caen como piedras en torrente sobre las páginas y rompen en gritos que me liberan desde lo profundo.

Sobre el viejo libro de mis lamentaciones se ha formado una mancha, uno de esos murciélagos de tinta que sirven de espejo a la oscuridad que nos habita. Me miro en él y ya no me reconozco; también el abismo ha cambiado de apariencia.

Cae la última gota mientras la mancha se eleva para unirse al vuelo inverso de la memoria. En su sitio deja un lienzo de añil para cerrar la herida y una tonada para pintar mi nuevo rostro de cúrcuma.

Comentarios

Me gustan las palabras que se desprenden de las entrañas, al acomodarse sobre el papel (cyberpapel) crean un mapa del corazón y del cerebro agitado. Es un placer leerte los órganos esenciales.
Muy bueno.
Gracias por compartirlo. ¡Felicidades!
Saludos,
J.N.Q.
Kame dijo…
impresionante!