FERMÍN

fotografía de http://www.hamadeh-art.com/images/blind2editionGeneWeb.jpg El ciego Fermín toca el acordeón en el andador de una calle empedrada por donde nadie pasa. Hoy empezaron las lluvias y el viejo ni se movió de la pared. Lleva ahí pasmado veinte años. Todos en el pueblo sabemos de memoria la tonada, pero nadie reconoce la canción. Es de dolor, dicen, porque se le fue la visión cuando la Ruth lo abandonó endejándole a los hijos. Nadie la vio irse, pero cuentan que regresa de vez en cuando y que viene a limpiar las tumbas de sus angelitos. El más chico se le murió de tifoidea y el grande, aunque el doctor lo niegue, se murió de tristeza. A la niña se la llevó y dicen que la vendió para comprarse un vestido, que se había vuelto puta y con enaguas nadie la quería. Pero son puras habladurías, como tantas que hay en este pueblo. Yo sé que la Ruth tuvo sus razones para dejarlo. Fermín no era gente de su casa, basta con verle los callos que el sol le hizo en la piel. Dicen que se agarr...