
Hoy me quito el vestido de "poeta" para denunciar públicamente un caso de crueldad involuntaria, uno de tantos. La situación es la siguiente: un individuo en actitud silvestre y poco maliciosa se coloca en un lugar peligroso, digamos, por ejemplo, cerca de otro individuo con la habilidad para meter a los demás y a sí mismo en problemas complejos. El individuo silvestre se da cuenta de la crueldad sólo hasta que ha padecido las acciones u omisiones del verdugo involuntario. A partir de ello, las reacciones de ambos individuos son generalmente equívocas y carentes de voluntad para conciliar. El conflicto termina en algún daño, también involuntario, hacia el individuo silvestre.
No me quedan sino dos preguntas: ¿la crueldad es realmente
involuntaria?, ¿el afectado se coloca
sin malicia en situaciones peligrosas?
Esto es una denuncia porque hoy la poesía se fue al carajo. No intento teorizar sobre víctimas o victimarios, culpables o inocentes. Sólo hablo con el hemisferio derecho del cerebro, uso ese tono racional, convincente y civilizatorio para decir: la persona que nos rompe el corazón no se da cuenta que lo hizo.
Comentarios
TQ Dorothy,
Luza