Amor Lihneal

De a poco, he ido descubriendo una nueva geografía poética en la que mi sinuosidad se acomoda sin resquemores. En la perfectamente azarosa selección de afectos que el universo instrumenta para nuestro desconcierto, me hallé con Enrique Lihn. E ntonces ocurrió lo que me ocurre con los grandes amores: me quedé atrapada en su herida y ahora no me suelta; me habla, me succiona el presente y yo le destilo la polisemia para regar las obsesiones varias que movilizan mis persecuciones. Bajo los efectos de este enamoramiento una no puede quedarse callada y fingir que anda sola, rumiando desarraigo. La poesía, la danza, los sentidos y el cuerpo amado son las cuatro terminales donde mi espíritu encuentra sosiego. Estación Terminal de Enrique Lihn Esta será ya lo veo tu última imagen: nuestra despedida en el poema en la estación terminal. No sé por dónde empezarla para que no se me escape nada, y las gentes las cosas apelotonadas aquí tienen algo de agobiadoramente comparable a ...