Ese olor a fiestaspatrias que me revuelve el estómago
Mientras tanto, en un despliegue tan silencioso como espectacular, la naturaleza renace con viento fresco, lluvia de pétalos de ciruelo, magnolias, aromos, hierbitas tenaces en las grietas del pavimento y esferas de hojas a punto de reventar en los tallos. Curiosamente, este despertar en la naturaleza produce en los santiaguinos un aluvión de alergias, y en las farmacias, el repunte en la venta de antihistamínicos.
Ya, en serio. En un país donde la patria está entre paréntesis, la celebración de la independencia es un mero pretexto. A mi parecer, lo que la gente festeja es la alegría de haber superado el invierno. Porque además de ser bastante rudo, el invierno en Santiago es una cosa aburridísima. Imagínese: no hay navidad ni regalos ni foquitos de colores, no hay abrazos colectivos ni agunialdo ni posadas ni comilonas, no hay propósitos ni despropósitos de año nuevo, no hay rituales ni frivolidades que lo distraigan a uno.
Se entiende que celebren la llegada de la primavera. Se entiende que coincida con las "fiestaspatrias". Donde se me atora el disco duro es en la forma de la celebración. La vida se festeja matando una cantidad absurda de vacas, cerdos y pollos; la libertad, contaminando el aire de todos con humo de carbón y llenando los basureros con desechables.
Sinceramente, la cultura festiva del septiembre santiaguino apesta. Y ojo que no es la única, no es la excepción, pero es la realidad que en este momento me interpela.
Comentarios
No te creo que no haya aguinaldo en Chile. Imagino que existe algún tipo de remuneración similiar, ¿no?
Un abrazo, Lux.